Toxina Botulínica

La toxina botulínica es una proteína purificada que, al inyectarse en pequeñas cantidades en los músculos específicos, bloquea temporalmente las señales nerviosas que los hacen contraerse. Esto suaviza las arrugas y líneas de expresión causadas por expresiones faciales como fruncir el ceño, levantar las cejas o sonreír. Los efectos del tratamiento son temporales, generalmente duran entre 3 y 6 meses, después de los cuales se pueden repetir las inyecciones para mantener los resultados. El procedimiento es rápido, se realiza en un entorno clínico y no requiere tiempo de inactividad, lo que permite a los pacientes retomar sus actividades cotidianas inmediatamente después.

Zonas del cuerpo de aplicación: La toxina botulínica puede ser aplicada en varias áreas para fines estéticos y terapéuticos, incluyendo:

● Rostro: Principalmente para suavizar arrugas en la frente, el entrecejo, y alrededor de los ojos (patas de gallo). También se utiliza para elevar las cejas, suavizar líneas alrededor de la nariz y para el tratamiento de las bandas del cuello.

● Axilas, manos y pies: Para el tratamiento de la hiperhidrosis, reduciendo significativamente la sudoración excesiva en estas áreas.

● Mandíbula: Para aliviar la tensión y el dolor asociados con el bruxismo, así como para reducir la masa muscular en casos de hipertrofia del músculo masetero, afinando los contornos de la mandíbula.

Su versatilidad y eficacia han hecho de la toxina botulínica uno de los tratamientos no quirúrgicos más populares para el rejuvenecimiento facial y el manejo de ciertas condiciones médicas.