Tratamientos por láser

El procedimiento involucra el uso de dispositivos de láser o de luz pulsada intensa que emiten pulsos de luz de alta energía sobre la piel tratada. Estos pulsos de luz son selectivamente absorbidos por los cromóforos (pigmentos) o estructuras específicas en la piel, como melanina o vasos sanguíneos, dependiendo del objetivo del tratamiento. La energía absorbida se convierte en calor, destruyendo el objetivo sin dañar el tejido circundante.

El tamaño de área tratada por sesión permite una aplicación precisa y concentrada del tratamiento, asegurando resultados efectivos mientras se minimiza el impacto en la piel circundante. La duración del tratamiento y el número de sesiones necesarias varían según la afección específica a tratar, el tipo de dispositivo utilizado, y la respuesta individual del paciente al tratamiento.

Los tratamientos por láser no son invasivos y generalmente son bien tolerados, con un tiempo de recuperación mínimo. Pueden aplicarse medidas de confort, como la refrigeración de la piel, para mejorar la experiencia del paciente durante el procedimiento. Es crucial que estos tratamientos sean realizados por profesionales capacitados y con experiencia en el manejo de tecnologías láser e IPL para asegurar la seguridad del paciente y la efectividad del tratamiento.